viernes, 8 de julio de 2011

ENRAIZARSE EN VACACIONES

Durante los meses de verano muchas personas se van de vacaciones. En los medios de comunicación se nos muestran imágenes de aeropuertos, carreteras, estaciones de trenes y autobuses, llenas de gente con maletas. Se disponen a emprender anhelados viajes, planificados desde hace tiempo o quizás de manera más espontánea. Ya sean familias, grupos de amigos, parejas…, todos se plantean pasar un tiempo de “merecidas” vacaciones veraniegas.
Según el diccionario de la RAE, el término vacación proviene del latín vacatĭo, -ōnis y significadescanso temporal de una actividad habitual, principalmente del trabajo remunerado o de los estudios”. (No sé si todo el mundo estará de acuerdo con esta acepción, por ejemplo las madres que siguen haciendo el mismo trabajo a lo largo del año, o incluso más, en vacaciones. ¿Cuándo tienen ellas realmente vacaciones? Os animo a plantear algunas respuestas…).

Además de usar el diccionario, también he querido bucear en la historia y he encontrado algo curioso. Tal y como afirma el profesor Mariano Arnal, el término vacación está relacionado con el verbo vaco/vacare, el cual podría ser un préstamo del hebreo. “El principio judío de descanso del trabajo un día cada semana, el día del Señor (el sábado para ellos) y los demás días señalados como santos en la Biblia, queda perfectamente recogido en inglés en la expresión holy (santo) day (día), que corresponde al español "fiesta", "festividad" y que dará lugar a holiday, que se corresponde con el español vacación – vacaciones”.

A partir de estas curiosidades, ¿seguís planteándoos vuestras vacaciones de la misma manera? Deseo que realmente descanséis, pero además, quería plantearos la posibilidad de que añadáis a vuestro descanso algunos detalles más. Para ello, voy a compartir brevemente con vosotros mis vacaciones de este verano:

La última semana de junio estuve en Astorga, una ciudad de la provincia de León. (Podéis conocerla por medio de su página web: www.ayuntamientodeastorga.com). Para mí es un lugar especial, porque muy cerquita de ella nacieron mi padre (Nistal de la Vega) y mi madre (Oteruelo de la Valduerna). Desde pequeña he tenido la suerte de viajar allí en vacaciones; de ir al pueblo, como se suele decir, aunque confieso que por aquel entonces no siempre me hacía mucha gracia. Echaba de menos mi Madrid y mi Alcalá queridas, ¡qué le vamos a hacer!

Y os digo que he tenido la suerte desde pequeña de viajar al pueblo, porque me ha permitido ir enraizándome  profundamente por medio de mi familia y el contacto con el campo. Por eso, todos los años, al menos una vez, continúo viajando a la tierra de mis padres, que siento también como mía según me voy haciendo mayor.

En esta última estancia allí, he disfrutado visitando a mi abuelo Silvestre, el único que me queda, que con sus 96 años sigue adelante con toda su fuerza de voluntad (se emocionó todo cuando le dije que iba a escribir sobre él en mi blog). He recordado también al resto de mis abuelos (mi tributo para Mercedes, Felipe y Narcisa). He conversado con mis tíos y primos. He saboreado alimentos que saben a lo que de verdad han de saber (productos de la huerta, embutido –como la típica cecina leonesa-, hojaldres –dulces sabrosos de Astorga-…). He paseado por las praderas, los pueblos y las calles, escuchando el silencio y la tranquilidad que allí reinan. He afianzado los cimientos de mi relación de pareja, conversando con él y disfrutando juntos del afecto de todos nuestros familiares. Y también he añorado y he llorado…

He querido compartir con vosotros este pedacito de mi vida para invitaros a reflexionar sobre el poder de unas vacaciones sencillas en la tierra de los antepasados. Creo que es necesario para el crecimiento personal que nuestro ser se encuentre con sus orígenes y nuestras raíces se nutran de todas las experiencias vitales acumuladas en cada uno de los rincones del alma. Ver con los ojos del ahora, una vez más, imágenes que vienen a la mente como flashes cuando contemplas la casa de los abuelos, o conversas con la familia,… Recuerdos que interpretados desde una perspectiva adulta pueden ayudar a comprender quiénes somos y cuál es nuestra misión.

Te invito a convertir tu verano en un tiempo no sólo de descanso, sino también de crecimiento. Aprovecha y allá donde vayas ENRAÍZATE. Y si te animas, cuéntame algo de la tierra de donde te nutres. Rinde tributo a ella y a tus antepasados, siéntete orgulloso. Cada pueblo o ciudad con sus gentes y costumbres son especiales, ¿por qué no compartirlo?

¡FELICES VACACIONES!

* Foto 1: Plaza Mayor de Astorga.
* Foto 2: Catedral de Astorga y Palacio de Gaudí.
* Foto 3: Las típicas mantecadas de Astorga con los Maragatos.