miércoles, 30 de noviembre de 2011

VIVIR EL PRESENTE

"Ayer es historia, mañana es un misterio, pero hoy es un regalo, por eso lo llamamos presente"

Hoy, ahora, en este momento de mi vida… tengo la suerte de trabajar en un cole como maestra de educación infantil. La experiencia está siendo maravillosa, tanto con mis alumnos, como con los compañeros y resto de personal que forma parte del centro.
Pero hoy, ahora, en este momento de mi vida… me toca saborear la incertidumbre, al desconocer hasta cuándo seguiré gozando de esta suerte. Es lo que tiene ser interina, pues si miramos el significado en el diccionario encontraremos la siguiente definición: “persona que sirve durante algún tiempo en sustitución de otra”.

Gracias a esa persona a la que sustituyo (¡Gracias Mayte!), tengo la oportunidad hoy, ahora, en este momento de mi vida… de levantarme cada mañana con gran ilusión, llegar al colegio y saludar a mis compañeros, dar clases de psicomotricidad a “mis niños”, sustituir a otros profes que están de baja…

Gracias a esa persona a la que sustituyo puedo experimentar día a día, hasta que dure, el gozo de ser maestra y llevar a cabo mi vocación con una gran sonrisa en el rostro y en el alma.

Por eso, porque se me ha ofrecido este gran regalo, elijo hoy, ahora, en este momento de mi vidaVIVIR EL PRESENTE. Vivir intensamente esta experiencia y dar todo lo mejor.

Cuando esta vivencia se acabe, porque la profesora a la que sustituyo decida reincorporarse a su jornada completa, no quiero albergar ningún resentimiento hacia ella (a pesar de que su decisión me lleve a mí a dejar mi puesto). Lo que quiero es agradecerle la posibilidad que me brindó su elección primera, que ha desencadenado un montón de experiencias positivas que ya forman parte de mí para siempre.

No sé lo que me depara el futuro, pero sí sé lo que está sucediendo hoy, ahora, en este momento de mi vida… y decido seguir creando cosas bonitas, y elijo:

 VIVIR EL PRESENTE.

lunes, 28 de noviembre de 2011

FELIZ DÍA DEL MAESTRO

Ser maestra me aporta momentos así de dulces...

Hoy ha sido un día muy especial. Hemos celebrado en el cole el día del maestro, en honor a José de Calasanz (En España se celebra el 27 de noviembre, pero en otros países la fecha es distinta, en función de la persona o el hecho con el que se asocie).
Al terminar la jornada escolar, todos los profesores nos hemos reunido en las escaleras de la entrada para hacernos una foto de grupo. Después, hemos compartido sabrosos platos y postres (cada uno ha aportado uno, hechos o comprados con todo el cariño). Hemos charlado, reído, recordado viejos y nuevos tiempos.
Para mí ha sido una reunión muy bonita, porque tengo la suerte de trabajar con maestros que de una u otra manera forman parte de mi vida y de mis recuerdos (antiguos compañeros de colegio, padres de mis alumnos, amigos, vecinos…).
He sentido que una gran familia se ha reunido hoy para celebrar con ilusión la profesión (y la vocación en mi caso) de maestro. Esto me colma de alegría, por eso quería dar las gracias a todos mis compañeros del C.E.I.P. Mozart de Alcalá de Henares, incluyendo también al resto de personal (conserjes, comedor, limpieza…) porque entre todos hacemos posible la enseñanza.
¡FELIZ DÍA DEL MAESTRO!

sábado, 26 de noviembre de 2011

CRECIENDO CON EL CLUB DE LOS VIERNES

En la anterior entrada he compartido con todos los lectores cómo transcurrió la primera sesión del taller creativo para mujeres “El club de los viernes: tejedoras de vida”. Pero ese escrito quedaría incompleto si no reflexionara también sobre mis vivencias emocionales. Las comparto a continuación, pues son historias de vida que van conformando este blog:
Me siento afortunada de haber conocido a estas 8 mujeres (Marta, Andrea, Miriam, Maribel, Nuria, Charo, Rocío y Loli), así como a los hijos de algunas de ellas, que también asistieron al taller. Y es creo que todas tenemos derecho a participar en actividades que nos gustan, aunque no tengamos con quién dejar a nuestros pequeños. Además, he de decir que se portaron fenomenal, pues estuvieron entretenidos con cuentos, escribiendo, dibujando…
Sé que todas estas personas son valiosas y tienen un gran potencial, aunque algunas todavía no sean conscientes de ello. Las admiro por su curiosidad, su iniciativa, su valentía… que les ha llevado a apuntarse a este club de los viernes. Veo su belleza interior, reflejada en sus miradas, sus voces, sus aficiones… Siento su alegría, pero también la incomodidad de algunas personas que esperaban que el taller fuera otra cosa.
En este sentido, creo que hemos de aprender a dejarnos fluir y escuchar nuestra intuición. Si hemos sentido la “llamada” de asistir, acudamos con alegría y dando lo mejor. Dejémonos sorprender, saboreemos lo que se nos ofrece, aunque no sea lo que esperábamos. Tal vez sintamos miedo porque no estamos acostumbrados a esas novedades. Es lógico, pero yo animo a la gente a que salga de su zona de confort y pruebe cosas nuevas. Porque el que hace siempre lo mismo, obtendrá siempre los mismos resultados; pero el que se atreve a abrirse a lo nuevo, puede descubrir mundos mágicos, porque la vida es de muchos colores.
Leyendo la novela de Kate Jacobs El club de los viernes,  sentí esa llamada de la que os hablo y alineada con mis valores vitales, mis intereses, mi misión… decidí crear este taller. Es un tributo a sus 8 protagonistas (Georgia, Dakota, Catherine, Anita, Peri, Lucie, Darwin y K.C.), pero sobre todo ES UN TRIBUTO A TODAS LAS MUJERES DEL MUNDO, por la labor que cada una de nosotras desempeñamos, por nuestra creación de vida.
Sé que al diseñar este taller de forma novedosa, incluyendo diversas disciplinas, habría gente que lo acogería con los brazos abiertos, porque buscan que las sorprendan, son flexibles, se adaptan a los cambios… Pero también sabía que habría gente que me criticaría, por ser un taller sólo para mujeres y de diversas edades, por no regirse por los convencionalismos de otros talleres de lectura y escritura, por dejar que participaran niños pequeños…
Lo sabía, y lo celebro, porque de ambas cosas aprendo. Es más, me siento orgullosa de haber dado el paso de crear y poner en marcha este taller, nutriéndolo con la esencia de mi ser. Y me siento agradecida por esas críticas que me ayudan a seguir adelante a pesar de la adversidad. No pienso renunciar a mis sueños porque algunas personas no estén de acuerdo con lo que ofrezco. Cada cual es libre de dar y de recibir lo que quiere y para lo que está preparado en ese momento.
Así pues, con ilusión y creatividad, me entrego a esta experiencia con mis queridas tejedoras de vida, que continúa el próximo viernes. ¡Ah! Y los hombres que se vayan preparando porque pronto saldrá a la luz un taller para ellos. Y finalmente, haremos una fusión para que participen MUJERES Y HOMBRES, CREADORES DE VIDA.

BIENVENIDAS AL CLUB DE LOS VIERNES


Ayer, 25 de noviembre, DÍA INTERNACIONAL PARA LA ERRADICACIÓN DE LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER, dio comienzo el taller creativo para mujeres “El club de los viernes: tejedoras de vida”. Nos reunimos en la biblioteca Caja Madrid de Alcalá de Henares, en una sala espaciosa, acogedora y ambientada para la ocasión con música relajante, velas, incienso, ovillos de lana, agujas para tejer… (Me gusta cuidar los detalles y quería recibir a mis invitadas de una forma especial).
Comenzamos la hora y media que teníamos por delante con una carta de bienvenida. Quería darles las gracias a este grupo de 8 mujeres por su presencia y participación en el taller. Mientras les leía aquellas líneas que había preparado para ellas con todo mi cariño, las miraba a cada una, haciéndolas partícipes de mis palabras de agradecimiento. Sonaba de fondo música de Bach (Concierto para piano nº 5, primer movimiento), melodía de la película de Woody Allen “Hannah y sus hermanas” (os la recomiendo si aún no la habéis visto).
Poco a poco fuimos conociéndonos por medio de la construcción de una tela de araña. Empleamos materiales tan humildes como nuestras propias manos, un ovillo y pequeños escritos con los motivos de nuestra presencia en el taller y nuestras expectativas para estos 4 viernes. También comprobamos todo lo que nos une, al poner en común las aficiones que tenemos (lectura, escritura, deporte, teatro, cine,…).
Nos despedimos con un manifiesto que nos permitió juntar nuestras voces y manos a un único son, con la ilusión de volver a vernos el próximo viernes. La sala volvió a quedar vacía, desnuda de nuestra presencia, pero impregnada de la energía de nuestras primeras experiencias vividas en su seno.
Así fue cómo se desarrolló la primera sesión del taller. Gracias a todas las participantes por su asistencia. ¡Hasta el próximo viernes!


A TI, QUE TIENES INTERÉS EN NUEVAS INICIATIVAS:
El taller creativo “El club de los viernes: tejedoras de vida” está destinado a mujeres de cualquier edad que les guste leer, escribir, aprender, compartir conocimientos y hacer manualidades.
Si quieres más información contacta conmigo en esta dirección: cmteducacionyorientacion@gmail.com
¡Pronto comenzaremos una nueva edición del taller! Date la oportunidad de disfrutar de tu tiempo libre de una manera creativa y novedosa.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

TOMARSE UN DESCANSO


Hoy es el primer día que me concedo un DESCANSO (con mayúsculas, no unos minutitos mientras cambio de una actividad a otra), después de cuatro semanas muy ajetreadas. La verdad es que al principio se me ha hecho un poco raro estar tranquila, pero poco a poco me estoy acostumbrando. Y es que el cuerpo es sabio. Por eso, tras pedirme casi a gritos que me tomara las cosas con más calma, por fin le he hecho caso.
Las señales estaban claras, pero yo me he hecho un poco la despistada, con la excusa de que he de ser responsable y cumplir con mi trabajo. Estos son algunos ejemplos de mis auto-condenas:
- Que me constipo y estoy afónica…, pues no pasa nada, porque ¿cómo voy a dejar a mis alumnos sin clase? Aprovecho y pruebo a comunicarme por gestos.
- Que duermo 5 horas todas las noches porque la activación mental que tengo no me deja conciliar el sueño…, pues tampoco pasa nada, ya descansaré el fin de semana, a la par que hago las miles de cosas que se me están acumulando.
- Que como deprisa y corriendo, sin saborear los alimentos, y estoy todo el día con acidez de estómago…, pues vaya problema, ya se pasará con una pastilla de valeriana y la manta eléctrica.
Pero claro, cuando un día tras otro te duele el cuerpo que parece que te han pegado una paliza, el catarro no se cura y la voz no termina de afinarse; cuando te miras al espejo y contemplas esas ojeras que cada vez están más moradas; cuando ya no tienes ganas de preparar las clases, a pesar de que te encanta tu profesión… Entonces, es que el cuerpo ha iluminado no sólo el piloto rojo, sino que ha puesto a funcionar la sirena ¡para ver si te enteras de que necesita descansar!
Gracias a estas señales cada vez más intensas, me he dado cuenta de que estaba al borde de des-conectarme de mi interior. Con razón me decía a mí misma que de seguir así iba a explotar. Menos mal que el entrenamiento que me ha dado la vida en situaciones de estrés continuado, me permite tomar conciencia antes. Ahora ya sólo tardo un mes, antes me pasaba años machacándome con un nivel de exigencia y de actividad altísimos. Claro, así pasó, que acabé enfermando (me diagnosticaron hipertiroidismo, pero de eso ya hablaré en otra ocasión).
Seguro que a muchos de vosotros os resulta familiar todo esto que os cuento. Puede que lo estéis viviendo en vuestras propias carnes o quizás le esté pasando a gente de vuestro alrededor. Por eso he querido compartir mi experiencia y os hago una propuesta:
Os invito a que escuchéis detenidamente las señales que os envía vuestro cuerpo. ¿Qué os está diciendo? Ese dolor de cabeza, por ejemplo, o esas lágrimas que afloran de repente, o ese enfado continuado… está ahí por algo, ¡escuchémoslo!
Vamos a mimarnos y a cuidarnos, vamos a ser cariñosos y afectuosos con nosotros mismos. Todos tenemos una serie de responsabilidades personales, familiares, laborales…, pero también necesitamos tomarnos un descanso y saborear la vida. Al fortalecernos diariamente, podremos realizar mucho mejor cualquier cosa que nos planteemos.
¿Descansamos?